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Archive for febrero 2014

Advertencia


posted by Anónimo on , ,

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El amor hace que mis palabras
pierdan credibilidad.
Opus. 01


Yo le advertí. Se los juro que lo hice. 

Le saqué mi pergamino de defectos, y se los leí cada uno, con detalles y una que otra exageración para que se asustara. Le conté de mi mala cabeza, de mi corazón que solo bombeaba para vivir, pero que no sentía.  Le supliqué de mil maneras que no lo hiciera, que no acercara sus manos sobre las mías, mientras la tocaba con curiosidad. Le rogué al universo que no creara esa burbuja, esa que al final nos encerró en un mundo musical. Le conté de mis miedos, le presenté a todos mis demonios en todo su esplendor. Todo en una noche. Una noche de café y de confabulaciones que el universo jamás había creado en algún episodio de mi vida.

Le advertí quién era yo y por qué debía estar afuera de mi espacio 'vital', le dije que robaba energías, que eliminaba las sonrisas del rostro, que estaba mal, que quería estar mal y que no quería salir de las cuatro paredes que me encerraban, la jaula que había decorado solo para mi y mis pequeños hijos, que solo yo puedo soportar a medias. Me desmaquillé los ojos, me quité la magia, apagué el carisma, amarré los rizos, ya no sabía que hacer para sacarla de mi vida en ese instante, porque estaba a punto de tomarla en mis brazos para no soltarla jamás.

Me obligó a pensar en más excusas que la alejen de mi, pero era imposible. Ella estaba allí, sonriente como siempre esperando yo no sé qué de mi que me sacaba de quicio y no me hacía descifrarla. No hablaba, solo me miraba, y sé que se reía por dentro porque sabía que me estaba desarmando yo sola. No tenía un arma para ella, y ella tenía un armamento animal para todas las puertas cerradas de mi mente. Casi logro evitar al amor, pero abrió la boca y no supe de mi jamás.

Sigo sin saber de mi. Y le tengo rabia en estos momentos a mis demonios, porque tanto que les rogué irse de mi vida, y ahora están compartiendo sus estupideces con ella, como tres pequeños cachorros que de vez en cuando buscan atención. Se burlaban de mi porque saben que mi lucha interna con las sensaciones pronto iba a acabar, siendo yo la fatal perdedora como es de costumbre. Y ya no hay más nada que hacer, volví a darle una oportunidad al cínico amor, como si nunca antes me hubiese hecho daño.

¿Saben qué hizo, a pesar de mis advertencias?

Me acarició los rizos, me abrazó, me dio un beso y no se fue.
Entonces, me enamoré.