Con la tecnología de Blogger.

Recapitulación 2012


posted by Anónimo on

1 comment



Pam param pam pam, ¡en Barranquilla esperonoquedarmemuchotiempoperomientrastanto me quedo! *Suenan trompetas y tamboras y el difunto Joe con su voz estruendosa y particular* Ay, quería hacer este recuento del 2012 desde los primeros pinitos de diciembre, me temblaban los dedos, las ideas se escapaban de mi cabeza como el vapor de las ollas a presión, y poco fue lo que pude recolectar de ese tráfico absurdo de información y de desahogo. Generalmente, tengo etapas de los años, y logro clasificar cada momento en cada etapa meticulosamente desde mis recuerdos, pero he caído en cuenta de que no es necesario, o que perdí la chispa, o simplemente, que ya no me da la grandísima gana de hacerlo. ¿Para qué? esa pregunta me la hice mucho en el 2012, y espero, volverla parte de mi repertorio este 2013 que se estrena.

Este año que cerró sus puertas, que murió incendiado, que me mató calcinada me dio durísimo. Empecé con miedos e incertidumbres, un nudo en el estómago, pues no sabía nada, tenía el camino nublado, más que de costumbre, pero sentí tener el mundo a mis pies, sentí que podía alcanzar todo, pues porque tenía todo lo que necesitaba. Una familia, aunque hipócrita por sectores, unos amigos, o supuestos hermosos amigos por conveniencia y más importante, un amor perfecto, hermoso, y sublime, la envidia de todos, un sinónimo de orgullo y prepotencia, un amor puro, aunque lleno de zozobras. Tengo la estúpida teoría que fue inculcada por mi misma sobre los principios de año. Gracias a todos los acontecimientos que he vivido de aquí hace siete años, ha hecho que deteste, que le tema, que me vuelva un "tití" los primeros seis meses del año. No me gustan. Es fácil, me da calor, son constantes horas del vapor, son meses que jalo que se vayan, no me los soporto, porque siempre para las fechas desde Marzo, hasta Junio, son de dolor intensivo, y desde esos años de mi niñez, ninguno la ha "mondado". Es tan potente mi sugestión, que ha vuelto un agüero en algo casi verídico, entonces, me mamé de eso, y ese, junto con mis otros estúpidos esquemas mentales, deben irse, porque para mi desgracia, no puedo inducirme un coma por los primeros seis meses del año, y empezar a vivir a partir del primero de Julio. No me ramificaré en el porqué e iré al grano.

Perdí a mi amor, aunque supongo que no es noticia nueva, generalmente saben que no soy la mujer más afortunada en las cuestiones amorosas, creo que fue una lección del universo, una muy grande, que me iba a preparar para otro gran fiasco amoroso, pero con ese se pasó. Aprendí mucho de muchas cosas, de mujeres, de caos, de dramas, de estupideces, de mis estupideces más que todo. Aprendí mucho sobre la gente falsa, la gente pretenciosa, interesada, la gente esa fea que vaga por el mundo preparando sus sanguijuelosas y asquerosas manos para absorber la dicha ajena. Les agradezco por haber aparecido, o más bien, tropezado en mi vida, son lecciones hermosas que hay que valorar. Perdí a mucha gente, sobre todo amigos, los perdí por incomprensión, por señalamientos, por juzgamientos pendejos, por ambas partes, pero como no todo puede ser malo, recibí otras personas que jamás pensé que algún día iba a aprender a valorar.  Claro, la vida siempre te da la espalda, pero cuando necesitas recapacitar sobre lo que haces en la tierra.
¡Qué año duro!, por no decir que fue malo, mis ansiedades volvieron, mis vicios también, tuve un declive emocional abismal, tuve una descompensación terrible, tuve una ruptura que me marcó, y que aún me tiene marcada, pero con esperanzas de que termine de sanar, como todo, como debe ser.

Generalmente, odio estos años donde es más la introspección y la ansiedad lo que prima que otra cosa, pero este no, porque fue diferente, tiene tinta de por medio, tiene muchas cosas que rescatar, y muchas cosas que dejar atrás. Fue un año de errores, de aprendizaje, de borrón y cuenta nueva, de límites, de migrañas y demás. ¡Ah!, se me olvidó mencionar, que aprendí a descontrolarme un poco, a cometer errores y aceptarlos y lo más difícil... a dejar ir.

Finalizando este año, me di cuenta que si los mayas no cumplían su profecía, iba a tener que enfrentarme a muchos retos, por algo sentencié mi vida en la cúspide energética del estado de Naqoyqatsi, una guerra fría, (o quizás no tan así), que se aproxima, porque la batalla es solo contra mí, y con eso tengo más que suficiente. Tomé decisiones radicales, tomé unas tijeras, y me desprendí del cordón umbilical, ya se que no puedo resguardarme con mis protectores, y es hora de dejar mi caja de cristal a un lado, y no para no volver, sino para agrandarla, y convertirla en una casa de verdad. A eso me refiero con el principio de mi post, me voy, sola, por primera vez a buscar mis sueños. Fin.

Es imposible poder resumir este jodido año tan largo en un solo post, solo diré que fue intermitente. Esa fue una de las palabras más célebres de mi 2012, así que la usaré sólo por el amor al humor irónico que la vida me ha enseñado a golpes.

¡2013!

Esta será tu canción, y la cantaré melodiosamente cada vez que pueda, y cuando esté pasando por alguna desgracia, la cantaré aún más fuerte y sonoramente, porque la vida es un pedazo de ironía que jamás podremos entender. No espero nada de ti, más bien, espérame tú, y déjame pintarte a mi gusto. Tratémonos suavemente, y verás comos mis rizos se suavizan solos.





Siguiente estación, Barranquilla, la arenosa.

1 comment

Leave a Reply