Milimétrico, cauteloso, minucioso, enloquecedor.
Represor.
Una barrera mínima
que apenas deja espacio para mover los brazos y respirar un poco,
pero de ahí más nada. Ni el ápice de algo nuevo, ni soñar con cambiar el destino.
Cuadrado, aburrido, lineal, perfecto.
Predecible, reprimido, insonoro, incoloro.
Insensible y a veces inestable. De nuevo a la barrera.
Aterrorizado, sin escape de aire, sin una luz que penetre.
Que grita por dentro y desea romperse, que pierde constantemente con su barrera invisible.
Brazos cruzados, acalambrados y piernas justas. Dos pasos firmes, cuatro hacia atrás.
Rebeldía, caerse a propósito buscando romper la barrera.
Romperse uno, pero la barrera intacta.
Considerar que mejor sea así, pues la barrera ya no tendría a quién aprisionar.
Olvidar la autodestrucción insensata.
Ponerse de pie, intentar nuevamente, y frustrarse.
Dejar ser, dejar que el miedo haga su trabajo.
Volver a despertar.
Volver a intentar.
Volver a romper la barrera.
La barrera se rompe.
¿Y ahora?