Con la tecnología de Blogger.

Recapitulación 2016


posted by Anónimo on ,

3 comments





Estoy segura de que el mundo entero va a despedir el año 2016 con el dedo de en medio. Unos lo despedirán con risas irónicas, otros con la ira corriendo por sus venas, y otros en un gran lamento. Este año se llevó a muchas personas, destruyó vidas, marcó la sociedad y arrasó con toda su fuerza, como una ola iracunda a buscar su sitio.

Ha sido un año de caos, de ires y venires. Muchas ambigüedades y desaciertos con todos. Me causa un poco de pena con esos que no lograron salir victoriosos, o tan siquiera vivos de este año tan mortal. Aún no entiendo en qué pensó el universo como para otorgarnos semejante golpe al hígado. También me da muchísima pena saber que, a pesar de que mi alrededor ha sido magullado y lastimado, puedo decir que salí - no tan victoriosa - pero sobreviví este año, mucho mejor que la gran mayoría. Es irónico, ya que soy la que carga con sus agüeros como abuela paranoica, y precisamente el 2016, año par y bisiesto, me recibió con miles de bendiciones, y otras lecciones varias.

Yo creo que la misma sensación que he tenido estas últimas semanas, equivalen a lo que el año ha sido: una montaña rusa sin fin, con vueltas y momentos de tranquilidad. Ya no sabemos cómo va a terminar este juego y en este punto da miedo tan siquiera imaginarlo, puede que estemos esperanzados en que pronto terminará, y nos sorprenda la vida con una vuelta mucho más grande, con la que podríamos caer definitivamente. Es muy triste que tanto arte haya partido este año, que hayamos dado un paso atrás y que el mundo se haya vuelto más hostil; pero quiero imaginar o más bien quiero tener la esperanza de que todo lo que ha pasado en estos casi 366 días, sea para un bien para todos. Que de este pantano nauseabundo salgamos a recibir bendiciones del que sea que creamos, y que aprendamos un poquito de humanidad, cosa que perdimos con creces.

Yo no podría despedir mi 2016 con el dedo de en medio. Tampoco podría despedirlo con ira, o indignación. Más bien lo despediría con desconcierto, porque me volteó el cutarro cuando finalizaba todo. Sí, tuve momentos difíciles con aspectos de crecimiento profesional, pero curiosamente este último mes lo podría resumir con una célebre frase que salen de las abuelas colombianas: "Como te quiero, te aporreo".

Muchos de nosotros estamos acostumbrados a golpes duros, y afortunadamente no todos los míos llevan cicatrices notorias, pero con cada golpe he recibido una palmada de aliento, una oportunidad nueva, un mensaje para seguir adelante y no detenerme a pensar en cosas que no puedo controlar. Dejarse llevar por el destino no es una tarea fácil, y ciertamente para mí es una de las cosas más difíciles, y el universo lo sabe. 

De este 2016 puedo sacar muchas sonrisas, a pesar de todo. Fue un año extraño, uno de los más místicos y misteriosos. Como siempre, gente se va y otros vuelven, así debe ser el ciclo de la vida. Cada quien tiene una misión, pero a veces la misión de muchos es oscura, y simplemente debe irse.  Jamás había estado tan tranquila de dejar ir a los externos que ya podrían mi hogar y no espero más para ellos que los bendigan y que les vaya bien en lo que les resta de la vida, porque no me puedo permitir sentir más rencores innecesarios. Esas son las cosas lindas que se aprenden a través de los años. Buen viento y buena mar para ti. Espero te encuentres y recapacites sobre los daños que le haces a las personas, a pesar de que tu vocación es sanar. 



¡2017!

Aún es muy temprano para decir que ya casi te asomas. Muchos te están llamando a gritos desesperados, buscando en ti un ápice de esperanza y cambio. El cambio está en nosotros y no en tus hermosos cuatro números. Me gustan tus números. 
Sí me gustaría que vieras cómo me tiro al vacío, como cierro los ojos y como aprendo a apagar los botones que tengo de más. Me gustaría ver en ti eso que todos anhelan en estos días. Te veo como otro momento para seguir creciendo, seguir amando, rescatando los pedazos que de manera estúpida dejé con los años intentando no sé qué. En esos momentos, yo juraba que uno se reestructuraba dejando pedazos enterrados en el pasado. Menos mal ya sé que no era así. Fue un 2016 bello para mí. Piaf lo dijo muy bien en el momento en que me despidió del 2015. Ahora no tengo una canción, pero estoy segura que saldrá eventualmente y lo cantaré al son que me salga. Al son que tengo dentro de mí. 

Aquí te espero, tú ya sabes cómo estoy. Vamo' a hacerlo. 



3 comments

  1. Anónimo
  2. Anónimo

Leave a Reply